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23 de agosto de 2019

Hospital Sótero del Río implementa procedimiento que es pionero en Latinoamérica para abordar la incontinencia urinaria

El equipo de uroginecología del Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río se convierte en pionero, al incorporar un nuevo procedimiento para evaluar la efectividad de la técnica quirúrgica de Neuroestimulación Sacra Central en pacientes con incontinencia urinaria de urgencia (vejiga hiperactiva), incontinencia fecal refractaria a tratamiento médico y retención urinaria no obstructiva, previo a la instalación definitiva del neuroestimulador o “marcapaso” llamado InterStim.

Se trata de la Evaluación Periférica de los Nervios o PNE (por sus siglas en inglés). Un tratamiento menos invasivo, que no requiere sedación ni la utilización de un pabellón para su instalación. De hecho, este procedimiento que no se ha practicado en otro país de Latinoamérica,   se realiza en la consulta médica, explica el jefe de la Unidad de Uroginecología y Piso Pélvico, Dr. Javier Pizarro.

“El procedimiento se realiza en box de atención y tiene una duración de 30 minutos. El paciente no necesita preparación, es un procedimiento 100% ambulatorio, de corta duración. Una vez finalizado se va a su casa y se mantiene en contacto con nosotros durante esa fase de prueba, que son 5 días, y si tiene buenos resultados, entonces se planifica la cirugía definitiva para la instalación del cable definitivo en pabellón”.

Este tratamiento tiene múltiples ventajas. Permite que un mayor número de pacientes evalúen si es adecuado para abordar su patología. Al ser menos invasivo presenta menores riesgos para los pacientes mayores, y sus costos asociados son mucho más bajos.

Si la respuesta al tratamiento es positiva, el paso siguiente es el implante del neuroestimulador o “marcapaso”, procedimiento que el equipo de uroginecología está realizando desde 2015 en el hospital.

“De 2015 a la fecha, llevamos un total de 27 pacientes intervenidos con esta tecnología, de los que 18 son mayores de 60 años. De hecho, la frecuencia de este problema en adultos mayores es mucho más alta que en gente más joven” señala el Dr. Pizarro.

En Chile existe alrededor de un 30% de mujeres que sufren de vejiga hiperactiva en el grupo mayor de 60 años, mientras la Incontinencia fecal tiene  una prevalencia estimada del 10%. En este sentido, este moderno procedimiento permite mejorar considerablemente la calidad de vida de estos pacientes, la frecuencia urinaria y disminución del dolor, entre otros beneficios.

Laura Venegas, es paciente de la Unidad de Uroginecología padece incontinencia urinaria y describe su vida como “terrible, uno camina a la esquina y te vas orinando. Por mucho que una vaya al baño antes de salir, llegas a tu destino igual mojada. Cansa andar con tantas cosas en la cartera, tener que cambiarse ropa a cada rato. Esto no es vida”.

Después de 20 años de padecer esta condición, que con los años ha ido en aumento, Laura es la primera paciente en recibir este nuevo implante. “Este procedimiento hará realidad mi sueño, estoy ansiosa de ver los resultados, tener una mejor vida, poder salir, ir a un paseo… quiero vivir”, explica Laura.

Moderna tecnología

El procedimiento InterStim permite el control urinario y fecal mediante el implante de un electrodo percutáneo a nivel sacro (S3), el cual se conecta a un estimulador externo (marcapaso), que permite la administración de impulsos eléctricos rítmicos para el manejo de patologías urinarias, fecales y manejo del dolor crónico.

La cirugía se realiza en dos etapas. La primera (Fase de Prueba) consiste en la implantación del electrodo en las raíces nerviosas del sacro a un estimulador externo con una duración entre 10 a 14 días. El punto preciso de implantación se define guiado por radiología, en base a la respuesta muscular de los músculos perianales, músculos del pie y la respuesta sensitiva de la paciente en pabellón. Esas raíces nerviosas son las cuales contienen los nervios del piso pelviano que controlan la vejiga. Esta fase tiene una alta fiabilidad para predecir buenos resultados con el marcapaso a largo plazo.

La segunda etapa (Fase Terapéutica) consiste en que, si luego del periodo de prueba los pacientes refieren una mejoría mayor a un 50% con respecto a sus síntomas basales, se implanta el marcapaso definitivo el cual dura entre cuatro a seis años. Si la respuesta no fue adecuada simplemente se retira el electrodo, lo cual es muy simple y fácil.

La respuesta a este tratamiento es entre 85-95% (los medicamentos tienen una eficacia cercana al 50%). Es una terapia que dura entre cuatro y seis años sin requerir mayor esfuerzo de los pacientes, ya que este marcapasos funciona en forma continua para disminuir las contracciones no deseadas de la vejiga que son las causantes de la incontinencia.

Fuente: Hospital Sótero del Río