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29 de abril de 2022

Sonrisólogos cumple 15 años aportando a la salud y bienestar de pacientes del Hospital Dr. Sótero del Río

Mientras cursaban su segunda carrera profesional- Técnicas del Actor Cómico- y asistían al curso Clown de Hospital, Carola Aleida Garabano, Trabajadora Social de Córdoba, Argentina; y Susana Alegría López de Vergara, Psicóloga Social y Comunitaria del País Vasco, España, decidieron impulsar en Chile una iniciativa conjunta para poner en ejecución las técnicas aprendidas y sus beneficios terapéuticos en pacientes pediátricos.

En este contexto, Carola Garabano, directora de esta Organización No Gubernamental (ONG) y Trabajadora Social de la Municipalidad de Puente Alto, y su compañera de estudios y coordinadora de esta iniciativa, a quien ella cariñosamente llama Su, pusieron sus ojos en el Hospital Dr. Sótero del Río, el principal centro asistencial de la Red de Salud Sur Oriente de la Región Metropolitana.

Los contactos de Carola en el gobierno local y el entusiasmo de Su, fueron un factor clave para proponer al alcalde de dicha comuna un proyecto de esta naturaleza y conseguir su apoyo económico, cuyas labores profesionales se extienden ya por quince años, luego de que el establecimiento de salud autorizara la puesta en marcha en sus dependencias, de Sonrisólogos.

Esta exitosa alianza tripartida entre la Municipalidad de Puente Alto, el Hospital Dr. Sótero del Río y las socias fundadoras de Sonrisólogos y su equipo, han convertido a esta ONG en un referente nacional en técnicas de Clown de Hospital- un método de trabajo de alta formación y profesionalismo- cuyos 11 payasos se turnan para cumplir su labor terapéutica gracias al financiamiento del municipio, lo que les permite realizar investigaciones y el seguimiento de todas las intervenciones que realizan, teniendo en cuenta que forman parte de los equipos clínicos del hospital, bajo un enfoque social y comunitario permanentes.

¿Dónde comenzó a funcionar físicamente Sonrisólogos?
Su: Hacia fines de 2007 llegamos al hospital y, luego de solicitarlo, nos instalamos en un carromato que se empleaba originalmente para realizar visitas domiciliarias, el cual estaba ubicado junto a un antiguo comedor que utilizaban los padres de niños hospitalizados. Posteriormente, en 2013, nos trasladamos, como parte de un proyecto de recuperación de áreas verdes, apoyado por la Municipalidad de Puente Alto y la comunidad hospitalaria, a un espacio que poco antes era un verdadero basural abandonado. Entonces fue que dijimos, este lugar debía tener un nombre, pero no se lo queríamos poner nosotros, sino que fueran los niños. Entonces hicimos una votación con urna, huella dactilar y cámara secreta. Había dos posibilidades: Trapa Trapa que significa lugar de paz en mapudungún y Pinpilinpausa que es mariposa en vasco. Ganó finalmente Trapa Trapa.

¿Qué significado tiene Trapa Trapa para la labor que desempeña Sonrisólogos?
Su: El espacio es reconocido como tal, como un lugar de paz, como un espacio de tránsito entre el exterior y el hospital. Acá bajan niños hospitalizados, acá bajan los papás a tomar aire, acá vienen los funcionarios a almorzar, aquí también tenemos plantitas y espacios que nos recuerdan a los niños que partieron. Es un espacio lleno de vida, naturaleza y recuerdos. Todos reconocen a Trapa Trapa como un pulmón dentro del hospital, porque nos conecta con la naturaleza, siendo que estamos en la ciudad, pero estamos entre árboles que nos permiten también conectarnos con el aquí y ahora, tan importante en nuestro trabajo. Al principio íbamos a hacer las intervenciones de clown terapéutico adentro del hospital, en las salas. Íbamos a intervenir todo Pediatría y Adultos, pero en este nuevo espacio pudimos hacer talleres con usuarios de salud mental y adolescentes. Hay un grupo de mamás en duelo, hay un grupo de mamás cuidadoras, hay un grupo de agentes comunitarios que se reúne ahí. Tener este espacio nos ha permitido hacer un trabajo más comunitario.

¿En qué consiste el método del Clown Hospitalario?
Su: Hay algo transversal en el método de nuestra organización, que tiene que ver con permitir que un otro exprese la emoción que necesite. Estamos en un espacio donde hay muchísimas personas en situación bien compleja, vulnerable, con una rutina distinta, pasando por un proceso de enfermedad. Entonces es importante ser puente para que el otro puede sacar aquello que necesita. Puede tener rabia, miedo, pena o ganas de reírse a carcajadas, no sabemos. Lo bonito de este espacio es que, por lo que también nos cuenta la gente que viene, es que se sienten libres, no juzgados, y pueden ser como se sienten.

Carola: En todas aquellas situaciones que son traumáticas, como puede ser una hospitalización, una pandemia, un terremoto, el objetivo de Sonrisólogos, a través del método del Clown Hospitalario, es poder entregar acompañamiento para que las personas puedan vivir esa situación de la mejor forma posible. No alegremente, sino que de la forma que la persona elija. Nosotros acompañamos y abrimos ese canal de las emociones. El payaso lo que hace es recoger la emoción y poder transformarla en algo esperanzador, en algo más luminoso.

¿Qué tipo de investigaciones han realizado?
Carola: El año pasado concretamos una alianza con la Universidad Adolfo Ibáñez para realizar una investigación sobre el impacto del método de los Sonrisólogos en el ámbito de los cuidados paliativos. Se hicieron preguntas en profundidad a las madres, al equipo de cuidados paliativos y a los Sonrisólogos. Debemos averiguar si nuestras intervenciones están teniendo un impacto en el hospital, en los funcionarios y en nuestros pacientes de modo positivo. Por eso no puede ser un proyecto al que no le dediquemos el 100% de nuestro tiempo. Ha tenido muy buenos resultados y un reconocimiento importante dentro de Puente Alto y del mismo Hospital Sótero del Río.

¿Qué factores han sido clave en el éxito de Sonrisólogos?
Su: La perseverancia, el profesionalismo que hemos mostramos desde el primer día, viniendo todos los días, con el compromiso de formarnos en nuestra profesión, han sido muy importantes para ser exitosos. De hecho, el equipo de médicos, enfermeras y terapeutas de Oncología Pediátrica, que es donde partimos, al ver nuestra dedicación, nos abrieron el espacio para realizar nuestro trabajo. Vieron que había mucha seriedad detrás de esto, que no era hacer reír solamente. Había un método detrás, se podía ver que nos estábamos vinculando, que no hacíamos show, sino que sobre la base del material que íbamos encontrando, se hacían intervenciones terapéuticas. Somos un profesional más dentro del equipo interdisciplinar y al venir ambas de las Ciencias Sociales, hemos ido más allá. Se nos permite asistir y participar en las reuniones como Psicóloga y Trabajadora Social. Existe una integración con la parte clínica.

¿Han tenido oportunidad de hacer intervenciones en otras circunstancias y centros hospitalarios?
Carola: Si bien nuestra casa es el Hospital Sótero del Río también hemos trabajado formando funcionarios en el Hospital Exequiel González y en el Roberto del Río. Con el Servicio de Salud hemos hecho campañas de buen trato y también con otros hospitales, como El Pino. Estuvimos muy presentes en 2010 a raíz del terremoto, convocados por el Ministerio de Salud. En pandemia hemos seguido funcionando y cumpliendo nuestro rol.

¿Cuáles han sido sus principales logros en estos últimos 15 años y qué se viene para el futuro?
Su: Para mí, por ejemplo, un gran logro es ver todo lo que ha crecido la comunidad. En Trapa Trapa hay muchos actores de la comunidad hospitalaria presentes. Están los funcionarios, están los usuarios de corta estadía que lo sienten como un espacio propio, como una parte de su proceso de sanación. Están las mamás cuidadoras que tienen pacientes crónicos, las mamás que tienen hijos psiquiátricos, quienes habitan y cohabitan en Trapa Trapa bajo el sello y la magia sonrisóloga, de abrir un espacio a todas las emociones. A la gente le hace bien estar acá.

Carola: Sonrisólogos Clown de Hospital se consolida como un equipo de trabajo profesional, como un staff dentro de los profesionales del Hospital Sótero del Río. Es una comunidad que se ha ido ampliando. Hemos tenido nuevos vecinos como la Escuelita Intrahospitalaria y el equipo de salud mental de corta estadía. Es como un corazón que se ha abierto para que los funcionarios puedan habitar en este espacio. Hemos crecido en eso.

Su: Nos dedicamos tanto a formar gente como a ir a charlas y simposios para compartir la experiencia, para que esto siga creciendo y multiplicándose. De hecho, hay un reconocimiento a nuestro método por parte de la comunidad médica, el Ministerio de Salud (MINSAL) y el Programa Nacional del Cáncer (PINDA).

Carola: La Municipalidad de Puente Alto nos dio una casa para que tengamos un lugar digno donde reunirnos. Estamos rodeados de naturaleza y en esta misma línea, plantaremos un bosque nativo con el apoyo del MINSAL, el Servicio de Salud y la fundación Symbiótica, el cual contará con un sistema de riego alternativo, donde los niños y pacientes podrán encontrar paz, tranquilidad y convivencia con la naturaleza. Estamos también renovando nuestro comodato para permanecer en el terreno del hospital más tiempo y proyectarnos. Queremos humanizar la salud y promover un trato digno hacia las personas que vienen a atenderse. Ese es el método que queremos replicar en todo el país.