¿Sabía que existe otro sistema inmunológico?

Las emociones y la salud están intrínsecamente conectadas. La forma en que gestionamos nuestras emociones tiene un impacto significativo en nuestro sistema inmunológico. De hecho, el pesimismo puede considerarse un factor de riesgo para la salud inmunológica, mientras que mantener un alto nivel de emociones positivas actúa como un escudo protector tanto a nivel personal como social.

Dentro del abanico de emociones que se pueden cultivar a lo largo de la vida, y de manera especialmente relevante en el entorno de equipos y grupos, se encuentra la Gratitud. Esta se manifiesta como la cualidad de reconocer y valorar lo intangible en el marco de la existencia, así como la disposición a reconocer el papel que otros desempeñan en el bienestar emocional propio. Esta actitud no solo ejerce un impacto positivo en el entorno laboral y social, sino que también contribuye al fortalecimiento del tejido emocional en estos contextos.

Beneficios de la gratitud

1- Las personas agradecidas son más felices y están más satisfechas con su vida, sus amistades, su familia, su comunidad, su trabajo y su persona. Experimentan más esperanza y optimismo.

2- La gratitud está relacionada con una mayor empatía social, dando lugar a relaciones más sólidas.

3- La gratitud contribuye a la esperanza, la resiliencia y el afrontamiento de situaciones críticas. Puede ser de ayuda para gestionar emociones como el estrés cotidiano.

4- La gratitud puede aumentar la calidad de las relaciones en la dimensión laboral.

¿Cómo puede practicar la Gratitud?

Con el siguiente ejercicio puede poner en práctica la Gratitud en su lugar de trabajo. Sea de manera pública, por ejemplo, una reunión o personalmente, y con eso, contribuir a un entorno laboral saludable: (link)

Fuente: Departamento Calidad de Vida Laboral SSMSO