Fanático de la fotografía y el video documental, el Dr. Pablo Ottolino, cirujano venezolano y especialista en trauma del Hospital Dr. Sótero del Río, se inspira en el lema “Enseñando a salvar vidas”, que él mismo acuñó, para crear conciencia en la población sobre las consecuencias de los accidentes de tránsito, los cuales se pueden prevenir, para evitar secuelas de por vida e incluso la muerte.

Mientras se rodea de estudiantes de Medicina, algunos de ellos becarios españoles que comparten su pasión por el trauma y aprenden de su dilatada trayectoria en este campo, pone freno a su abultada agenda para conversar unos minutos con Comunica Red sobre su vida como cirujano de trauma y su labor de formación en las actuales y futuras generaciones de médicos con esta especialidad.

¿Qué lo motivó a especializarse en trauma?

Siempre había tenido cierta inquietud por el trabajo en la urgencia. Me llamaba poderosamente la atención su dinamismo y la manera en que rompe completamente con la rutina. Uno no sabe quién entrará por la puerta, su incertidumbre, las severas lesiones que podría tener, y tú tienes que hacer algo para salvarle la vida. Tienes que pensar rápido. Fue así como poco a poco me fui adentrando en el mundo de la Medicina de Emergencia y obviamente de la parte quirúrgica, que era lo que más me llamaba la atención.

¿Dónde obtuvo su formación en cirugía y trauma?

Recuerdo que en el año 1999 o 2000, entré a cirugía, en el área de urgencia- pacientes graves- en el Hospital Dr. Domingo Luciani, en Miranda, Venezuela. El primer centro asistencial del país en implementar una unidad de trauma y urgencia o una unidad de politraumatizados, a raíz del incremento en el volumen de pacientes con este tipo de problemáticas. Fue allí donde inicié mi formación y luego la repliqué en el Hospital Sótero del Río.

¿Cómo fue el proceso de implementar en Chile una unidad de trauma?

Hubo dos situaciones que se dieron en paralelo. Por un lado, el Dr. Juan Pablo Ramos del Hospital Sótero del Río se interesó por esta especialidad y fue gestando poco a poco los cimientos para la creación de una unidad de trauma. En mi caso, fui invitado varias veces a Chile para hablar de esta especialidad. En una oportunidad, vine al Sótero a dictar una conferencia y el Dr. Ramos me enseñó su proyecto, el cual me pareció espectacular. Posteriormente y debido a la situación en Venezuela, salí del país y aquí me ofrecieron la oportunidad de integrarme al Sótero y además de trabajar en esta iniciativa. Estaba enamorado de este proyecto y con ese sentimiento en mente, arrancamos en conjunto. Juan Pablo aportó con lo que ya tenía y yo con la experiencia que traía. Así nos fuimos consolidando y ahora estamos formalmente establecidos como una unidad de trauma y urgencia.

¿Quiénes conforman esta unidad y cómo llevan a cabo su trabajo?

Nuestro equipo está integrado por el Dr. Juan Pablo Ramos, las Dras. Claudia Arenas y Analía Zinco, el Dr. Jesús Lugo y yo, quienes nos encargamos de recibir a los pacientes desde que ingresan e incluso de hacerles seguimiento. Todos los días los visitamos y si hay que reintervenirlos, lo hacemos. Contamos con una base de datos, donde se registra todo lo que hacemos.

¿Cuentan con algún programa de formación para los estudiantes de Medicina interesados en esta especialidad?

Tenemos una pasantía formal de becados, a través de la Universidad Católica, que permite que los estudiantes operen con nosotros, vean a los pacientes y participen de actividades académicas. Todo en el marco de un programa educativo que comenzó como cirugía de trauma y ahora se conoce como cuidado agudo, porque no solamente vemos trauma, sino que cirugía de urgencia. La persona puede llegar con una úlcera perforada, con una enfermedad diverticular e igualmente la operamos, es decir, que abarcamos también la cirugía aguada no traumática. El plan a largo plazo es que hagamos una formación de esto acá, para todo Chile y ya llevamos trabajando cuatro años para alcanzar este objetivo.

¿Cuáles han sido los principales resultados del establecimiento y consolidación de la unidad de trauma del Hospital Sótero del Río?

Desde el punto de vista del bienestar de los pacientes con trauma, la perspectiva de su atención ha cambiado. Ahora, los otros equipos quirúrgicos que habitualmente podían tener acción sobre los pacientes con trauma, hoy en día, prefieren que nosotros, el equipo de trauma, se encargue de ese paciente y en el momento que sea necesario, en situaciones específicas, podemos solicitar su apoyo, pero inicialmente nosotros nos hacemos cargo. Esto ha redundado en una tasa de éxito con esos pacientes, porque son mejor atendidos al tener un equipo exclusivo para ellos. El otro punto importante, es cómo se ha conformado internamente la relación entre los distintos servicios que atienden a este tipo de pacientes, lo que gracias a nuestras capacitaciones ha generado una armonización del trabajo en equipo. Hay un ambiente de cordialidad y no de competencia. Estamos bien preparados, ordenados y coordinados para recibir al paciente.

¿Cuál es la frase inspiradora que los motiva como equipo de trauma a cumplir sus objetivos?

Nosotros tenemos una estrategia académica que se llama manejo integral de politraumatizados, la que estamos retomando aquí en Chile y haciéndole una renovación. El lema de ese curso es “Enseñando a salvar vidas” y hacia allí apuntamos. No es solamente centrarte en brindar un mejor servicio, sino que las personas aprendan. La idea es transferir el conocimiento adquirido, porque estamos enseñando a salvar vidas.